jueves, 25 de septiembre de 2008

Leer y desleer a Borges



Alguien me dijo en una ocasión que para ser escritor hay que leer a Borges. Pero me advirtió: "tendrás que desleerlo a continuación". Y es que parece ser que el autor argentino ejerce un complejo síndrome de alienamiento. Ataca a los aprendices y les impide adquirir un estilo propio. El resultado es un todo me suena a Borges, como diría aquel a quien todo le suena a Pachelbel.

Eso en el mejor de los casos. Se sabe de un grupo de autores que interrumpieron su vocación. Antes, eso sí, padecieron una por una las etapas del duelo versión "después de leer a Borges..."

1. Negación: ... jamás llegaré a estar a la altura
2. Anhelo: ... debería esforzarme y aprender del maestro
3. Ira: ... creo que he perdido el tiempo
4. Depresión (a la manera de Adorno): ... parece inmoral escribir un cuento más
5. Aceptación: ... voy a hacer caso a mi padre y entregar mi curriculum a un banco

Por el momento he invertido una considerable cantidad de tiempo, y aún más recursos monetarios, en adquirir la biografía más completa posible del genio borgiano. La tengo delante mío, sobre el escritorio reforzado con planchas de acero y cimentado por las bisagras y poros de la madera, no sea que el peso de tanta cultura abra un agujero de erudición bajo mis pies y se venga la casa abajo.

Un discreto volumen se mantiene a distancia de los demás. Son poemas, breves, raros y escasos, diríamos que casi marginales. Nadie me ha prevenido sobre que de las generaciones de las rosas
que en el fondo del tiempo se han perdido quiero que una se salve del olvido.

Moraleja: ¿quieres decir qué es buena idea la de trabajar en un banco con la que está cayendo en los mercados financieros?


Es cierto: todo suena a Pachelbel

[Photo credit]

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Un tren que nunca para ¿sería siempre más puntual?

En tiempos de paradojas, qué mejor que una sobre trenes:

El inventor taiwanes Peng Yu-Lun considera que se podría aumentar la eficiciencia de los trenes y, por supuesto, su puntualidad, si estos nunca pararan.

Evidentemente esto nos presentan un problema, ya que los pasajeros no pueden subir y bajar en marcha, pero Peng Yu-Lun nos plantea también una posible solución, consistente en unas lanzaderas que en cada estación se situarían sobre el tren, que las recogería, dando tiempo a que los pasajeros abordaran el propio tren antes de dejar las lanzaderas atrás.



martes, 22 de julio de 2008

El llamado poéticamente "virus de la tristeza" afecta gravemente a los cítricos

Viene de los años 30, cuando expertos en la observación y en emplear metáforas, asociaron al anormal declinar de estos árboles unas coincidencias, más que razonables, con ciertos rasgos visibles en la tristeza humana.

Si te fijas con atención aún puedes distinguir las palabras borradas de la carta de postres de ese restaurante-fonda que ha decido excluir el zumo de naranja natural de su menú diario. En todo caso, tal como asegura el dueño, es una medida preventiva al establecer como "causa justificada, no probada, aunque suficientemente coherente" la relación entre las crecidas del río, que amenazan con inundar la zona, y el extraño comportamiento derivado del consumo de las naranjas recolectadas en los margenes de la localidad.

Las autoridades, a quienes se acusa de una muy limitada capacidad en tratamientos de choque frutal, temen que este fenómeno se convierta en epidemia y catástrofe natural al mismo tiempo. De la oposición surgen gritos de dimisión al descubrir un presunto delito de encubrimiento de sabor: el análisis de varias muestras de granizados de limón certifica un suplemento de azúcar para camuflar el gusto lacrimal segregado por el cítrico en cuestión...

"A veces el llanto hace más beneficio que la risa" comenta visiblemente afectado un lugareño que se derrumba junto al rebautizado y muy transitado puente de los muy deseperados.

En la zona aumentan los partidarios de tomar medidas más drásticas: el exterminio sistemático de las últimas naranjas de temporada. Uno de los mayores detractores de esta solución final es el médico. Su consulta, no apta para claustrofóbicos ni maniáticos de los tonos verdes militares, es un álbum de cromos con infinitas muestras de desespero, además, todos lo saben en el pueblo, es el único que de joven leyó la Tristeza del Cronopio de Cortázar:

A la salida del Luna Park un cronopio advierte que su reloj atrasa, que su reloj atrasa, que su reloj. Tristeza del cronopio frente a una multitud de famas que remonta Corrientes a las once y veinte y él, objeto verde y húmedo, marcha a las once y cuarto. Meditación del cronopio: "Es tarde, pero menos tarde para mi que para los famas, para los famas es cinco minutos más tarde, llegarán a sus casas más tarde, se acostarán más tarde. Yo tengo un reloj con menos vida, con menos casa y menos acostarme, yo soy un cronopio desdichado
y húmedo". Mientras toma café en el Richmond de Florida, moja el cronopio una tostada con sus lágrimas naturales.

miércoles, 2 de julio de 2008

Sobre la mesa descubrí un libro precioso y japonés










¿Puede una librería ser el lugar del mundo preferido de una persona? Después de toparme con este interesantísimo artículo del blog literario de The Guardian How an independent bookshop can survive, me atrevo a rescatar del baúl digital de los "guardar como", el escrito de alquien que un día afirmó públicamente amar una librería. Una muy concreta: La Central de calle Mallorca (Barcelona).


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Sobre la mesa descubrí un libro precioso y japonés. Una protagonista recuerda una escena de colegio. Las compañeras de clase se pasan un papel ¿qué prefieres amar o ser amada? y en el recuento final solo una de ellas había marcado amar. Identificada la disidente todas se burlaron de ella, excepto la protagonista ya madura y desengañada, quien finalmente se rinde a la evidencia "seguro que, de entre nosotras, ha sido la única feliz".

Me preguntaron ¿de todos los lugares del mundo que conoces cuál es tu favorito: “el que más te gusta”. Afortunadamente pude cambiar la respuesta por una capa de velcro-atrapa-libros y así lanzarme directamente sobre la imponente mesa recibidor de la Librería La Central de calle Mallorca y salir corriendo con todo lo absorbido por mi –hay que reconocerlo- estrafalaria vestimenta.

No se me ocurre nada mejor. Libros y leer o libros e inventar. Imaginar, también, desde el clásico dilema del ¿qué salvarías en un incendio (a) el único ejemplar existente de El Quijote o (b) una ardilla? Y el que dice ardilla se equivoca aunque solo una persona diga el libro (que es amar) y los demás se burlen hasta comprender que: somos seres biológicos, pero también racionales y emocionales. Y sin arte no somos más distintos a cualquier otro animal. Sin arte no somos capaces de comprender quiénes somos, qué somos, por qué somos…

Sin arte dejamos de existir.
Sin libros dejamos de vivir.

Y ahora debo confesar que he mentido un poco al insinuar que mi lugar favorito de todo el mundo, el que más me gusta, es la mesa de La Central. Porque diciendo que me gusta miento. No me gusta, lo amo y amándolo (¿recuerdas el principio?) soy feliz.

Es sencillo. Abres la puerta de cristal y te asalta una emoción parecida al escalofrío que recorre tu espalda y el olor a madera que cruje mientas desciendes uno, dos, tres, más o menos diez escalones y frente a ti, en pilas ordenadas, una vida entera dice "¡presente!" y a continuación el universo también.

viernes, 13 de junio de 2008

Morir antes

Lo primero que pienso al conocer la noticia de la muerte de Eugenio Montejo, es que no sé quién era Eugenio Montejo. Indago y me encuentro con este poema, que ya escuché -en versión abreviada- a Sean Penn en 21 gramos.

Tres versos recitados a los ojos del desamparo.


                    La tierra giró para acercarnos
                    giró sobre sí misma y en nosotros,
                    hasta juntarnos por fin en este sueño
                    como fue escrito en el Simposio.
                    Pasaron noches, nieves y solsticios;
                    pasó el tiempo en minutos y milenios.
                    Una carreta que iba para Nínive
                    llegó a Nebraska.
                    Un gallo cantó lejos del mundo,
                    en la previda a menos mil de nuestros padres.
                    La tierra giró musicalmente
                    llevándonos a bordo;
                    no cesó de girar un solo instante,
                    como si tanto amor, tanto milagro
                    sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
                    entre las partituras del Simposio.

jueves, 12 de junio de 2008

Ver el mundo cambiar

Los movimientos alterglobalizadores consignan con optimismo que "otro mundo es posible". Para ser convincentes se pertrechan en planteamientos económicos, sociales, medioambientales... una base teórica sin fisuras para que los censores del pensamiento libre se rompan la cabeza encontrando alguna falta. "Que el mundo fue y será una porquería, eso ya lo sé" que diría el famoso tango y todos asentiremos después de visionar un telediario cualquiera un día sin importancia. A continuación, Joan Barril, aparcará su moto unas manzanas más allá del lugar donde le esperan a comer, para recordar a aquella persona que "quería cambiar el mundo y, sin embargo, fracasó. Se compró unas gafas nuevas y, de pronto, el mundo cambió ante sus ojos".

martes, 27 de mayo de 2008

Quedarse más de la cuenta

El artículo de El País Andersen fue a visitar a Dickens, y se quedó más de la cuenta no tiene desperdicio: "El autor de 'El patito feo', invitado para unos días, pasó cinco semanas en casa del novelista inglés".

Difícil parece acertar con el tiempo que debe durar una visita. Hay formas sutiles e insutiles que se prueban con los invitados a fin de que anticipen su marcha y he llegado a descubrir a anfitriones anotando en libros de contabilidad, balances claramente deficitarios, que les obligan a aparcar momentáneamente una reflexión sobre la amistad.

De todos lo métodos conocidos uno se precia por mantenerse vivo en el paladar. Una, dos y tres. Invitación a la despedida con la tercera taza de té. Más claro, el agua (con una cocción que no alcance los 90º para mantener intactas todas las propiedades de las hojas).

De propina: un post y unos cuentos

martes, 15 de abril de 2008

Paréntesis que son vida


Hoy es un martes frío y soleado. Estoy ordenando el paréntesis de 15 días de intensiva actividad en que he estado sumergida y me ha mantenido como en una burbuja o dos o más. Aunque quizás lo correcto al plantear la vida como el lugar adecuado donde ubicar un paréntesis, sería más propio decir que ordenar, estoy ordenando más bien los 37 años y algunos meses previos al día 30 de marzo, que abre o cierra un paréntesis decisivo, como decisivos son los sutilmente pincelados por cummings en sus poemas. Por ejemplo el que susurra:

in(abeja)mó

v
i(en)l
estás(l
a)tú(ú
nica)

dor(rosa)mida

miércoles, 5 de marzo de 2008

Leemos para..

Los libros "hacen a cada persona diferente de todas las demás porque se dirigen a lo que cada uno de nosotros tiene de único: leemos para eso, para aprender a vivir una vida propia y libre, y para imaginar, valorar e intentar comprender por qué los demás son diferentes". Lo dice Rafael Reig.

jueves, 28 de febrero de 2008


Afirma Vila-Matas que es muy triste redactar un dietario hablando tan solo de las cosas que nos pasan. Se podría componer una historia paralela con todo aquello que no nos ha pasado. Incluiría, por ejemplo, tres versos escritos por alguien que no soy.


                    Como un oasis blanco era mi día
                    secretamente en él yo navegaba
                    únicamente el viento me seguía.

martes, 26 de febrero de 2008

Más perdurable que un cumpleaños

"Peter iba a buscar a Anna a la salida del colegio durante el verano de 1940, según cuenta ella en el diario con el que pasó a la posteridad. Él tenía 13 años y ella, 11. Anna se se convirtió en la víctima más célebre de la barbarie nazi. Peter murió (también) en un campo de concentración."

La foto acaba de ser descubierta. El rostro de un amor adolescente. El que Anna Frank vivió (en su corta vida) por Peter Schiff.

Tal día (importante para mí) como hoy.

jueves, 14 de febrero de 2008

Sí, hoy toca hablar de amor



Si tuviera los tejidos bordados del cielo,
bordados con hilos de rayos oro y plata.
Los tejidos azules, tenues y oscuros
de la aurora, del crepúsculo y de la noche
los tendería a tus pies.
Pero soy pobre, y sólo tengo mis sueños.
He tendido mis sueños a tus pies.
Camina con cuidado porque caminas sobre frágiles suelos.

William Butler Yeats


miércoles, 6 de febrero de 2008












Para quienes padecemos de propensión al insomnio abrazamos el encabezado del famoso discurso de Luther King como un mantra de vida. Algo así como una causa que estampar no tanto en una camiseta, como en el pijama de esta noche. Y repetir tantas veces como ovejas requiere la vigilia antes de adentrarse en la niebla espesa que todo lo oscurece, y susurrar, apenas, I have a dream, but I don't know.

martes, 5 de febrero de 2008













"Reemplazar una puerta es fácil", sentencia un manual de bricolage, sin estimar las implicaciones sentimentales. Una ráfaga de aire que abre y desvela una figura durmiendo a media tarde. Voces que se deslizan por las ranuras. Un simple movimiento, una breve despedida, casi monótona, y se cierra una estancia como se consigna una última advertencia sobre "las obstrucciones del lugar". Y nada más que sirva de guía en el viaje iniciático de los sentimientos sometidos a un proceso de reemplazo.

lunes, 4 de febrero de 2008

No vamos bien...













... que diría una rubia que yo me sé. Y es que mal empieza este propósito de post diario cuando ya me he saltado varias entregas. No ha sido con premeditación y alevosía. Es peor. Simplemente, se me ha olvidado que me había propuesto tal absurdidad -visto desde la retrospectividad-. De sabios es reconocer.

viernes, 1 de febrero de 2008


Voy a seguir el mal ejemplo de un amigo que tiene ideas (los inconstantes no imiten esta iniciativa sin la supervisión de una mente estable) y proponerme escribir durante este mes un post diario (se llama post a esto ¿no?). Jajaja he sido inteligente y he esperado a febrero para minimizar el impacto de esta ambiciosa determinación. Jajaja. ¡Oh! Un momento. Espera. ¡Maldición!


2008: año bisiesto


Mejor que sea un post casi diario


martes, 29 de enero de 2008

Pequeñas historias que se rellenan de historias












[Texto rescatado del proyecto "email-blog desde mi trabajo" 6/6/2005]

Una pequeña imagen llena de la ternura y de la magia propia de las pequeñas historias que se rellenan de imágenes de ternura y de magia y de historias...

Se agachó y la mirada de ambos quedaron casi a la misma altura. Negociaron sobre las características del coche, aún en su envoltorio original de plástico rígido, que el padre considerada inadecuado para la edad del niño.

Si ella hubiese sido un mago, algo que no deberíamos descartar del todo, veríamos una varita en su mano y del inventario de palabras mágicas conocidas, pocos incluiríamos la pronunciada por ella: ¡un taxi! que dice con ojos abiertos como lunas, y ¡un taxi! que repite él con una boca abierta como un ¡oh!.

Si magia es hacer más interesante una nueva propuesta a continuación abrirán una solapa de la caja, de la que de las ruedas del vehículo amarillo se deslizará una bolsita con el click de famóbil taxista y sus minúsculos imprescindibles complementos, que vamos a guardarlo todo no queremos que se pierda nada. Y un taxi repite él embriagado de emoción, con su caja ahora en una bolsa que casi arrastra por el suelo (en no más de cuatro palmos estimamos su estatura) y dice adiós y gracias embelesado con su adquisición y convencidos de que, con el cambio, ambos (él y ella) han salido ganando.

jueves, 10 de enero de 2008

Plantar un árbol y dejarse caer


Recojo el primero de los pensamientos citados en el blog de un amigo: si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol. Y a continuación me dejo caer en el sofá. Últimamente dejarme caer es la acción más exacta que reproduce mi cuerpo al impactar sobre una superficie blanda. Y aquí, como diría el árbol de Luther King me planto, omitiendo así cualquier referencia a la grotesca visión de la acción contraria, osea el combate de mi voluminosa anatomía desafiando la ley de la gravedad. Conclusión: todo lo que cae, cae. Sin más. Como el amor que o es irracional o no es nada ¿verdad Marta?. También es complejo, sobre todo si se renuncia a la lógica sintáctica para resolver la ecuación de un malentendido: peero esta mañana nose xk e pasado de el esk sy tnta pero esk yo le e daludao el a creido k n le e saludao y el dice k ma a saludao y yo e creido k no me a saludado y entnces ps nos emos puesto tristes xk pensabamos k el unos estaba aun enfadado cn el otro. Que si fueses un proverbio africano lo simplificarías con un final feliz: "Las pulseras de metal suenan si son dos".